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Patrimonio Industrial

Chiang Mai Design Week 2025

Chiang Mai: un modelo de integración entre arte, tecnología y patrimonio

By Arte y Tecnología, Creatividad e Innovación, Patrimonio, Patrimonio Industrial, Talento creativo

En el norte de Tailandia, Chiang Mai ha desarrollado en la última década una de las estrategias más interesantes de transformación territorial basadas en la economía creativa y el patrimonio. Reconocida por la UNESCO como Ciudad Creativa en la categoría de Artesanía y Arte Popular, su modelo muestra cómo un territorio puede articular arte, tecnología e innovación cultural para generar desarrollo sostenible, empleo local y cohesión comunitaria.

1. De la artesanía tradicional a la economía creativa

Chiang Mai partía de un activo claro: una larga tradición artesanal vinculada a la plata, la cerámica, el tejido o el tallado en madera. Durante años, esta producción se mantuvo como un sector cultural de valor simbólico, pero con escaso impacto económico. La estrategia local consistió en reinterpretar la artesanía como industria creativa, combinando los saberes tradicionales con diseño contemporáneo, procesos tecnológicos y nuevos canales de distribución. El resultado ha sido una profesionalización de los oficios, la internacionalización de los productos locales y la aparición de nuevos espacios híbridos donde conviven diseñadores, tecnólogos y artesanos.

Chiang Mai Design Week 2025

Silver Ring Workshop by Skill Art Training Studio. Imagen de la web del CDW 2025.

En lugar de sustituir la herencia cultural, la ciudad ha sabido integrarla en su desarrollo económico, demostrando que la tradición puede ser un punto de partida para la innovación cultural.

2. Tecnología como herramienta de conexión y desarrollo

La tecnología ocupa un papel relevante en este ecosistema. Lejos de concebirse como un ámbito aislado o puramente digital, se integra en la vida urbana y cultural como una infraestructura transversal. Proyectos en realidad aumentada, plataformas de comercialización digital y programas educativos sobre innovación aplicada a la artesanía han permitido conectar comunidades locales con mercados globales y atraer a un nuevo perfil de profesionales creativos.

El festival Chiang Mai Design Week (CMDW) se ha convertido en el principal escaparate de esta visión. Cada año reúne a instituciones, empresas y creadores en torno a la relación entre creatividad, tecnología y sostenibilidad. Bajo el lema “Scaling Local”, la edición de 2024 enfatizó la importancia de fortalecer la identidad local como base del desarrollo tecnológico, destacando que la innovación adquiere verdadero sentido cuando amplifica lo que el territorio ya posee.

En su nueva edición, Chiang Mai Design Week celebra una década como el primer festival de diseño de Tailandia y lo hace bajo el concepto “Local Plus”. Esta idea busca consolidar a Chiang Mai y a la región norte del país como un espacio abierto a las ideas, la innovación y la colaboración, donde la creatividad se entiende como una actitud positiva hacia el futuro.

Chiang Mai Design Week 2025El festival propone ampliar la mirada sobre el diseño: no solo como una cuestión de estética o funcionalidad, sino como una fuerza real y tangible capaz de impulsar la economía y transformar la sociedad. “Local Plus” expresa precisamente eso: cómo los valores locales, cuando se combinan con pensamiento contemporáneo, tecnología y participación ciudadana, pueden generar desarrollo sostenible y bienestar colectivo.

3. Un modelo de desarrollo territorial transversal

El caso de Chiang Mai muestra cómo la economía creativa puede funcionar como un sistema integrado de desarrollo territorial, en el que arte, tecnología, educación, turismo y bienestar se relacionan de forma orgánica. Su política de ciudad creativa se articula alrededor de tres principios:

  • Aprovechamiento del patrimonio cultural como fuente de conocimiento, empleo y pertenencia.
  • Uso de la tecnología para aumentar el valor de los productos y servicios locales.
  • Colaboración público-privada entre instituciones, universidades, empresas y comunidades creativas.

Esta estructura ha generado beneficios que trascienden lo económico. Ha reforzado la identidad local, ha impulsado la participación ciudadana y ha contribuido a equilibrar el crecimiento urbano con la preservación del patrimonio cultural. Sin embargo, los estudios recientes también señalan desafíos: la presión del turismo, la gentrificación y la necesidad de consolidar infraestructuras estables que garanticen la sostenibilidad del modelo.

Chiang Mai Design Week 2025

Chiang Mai Street Jazz Festival. Imagen de la Web del CDW 2025.

4. Lecciones para otros territorios

El caso de Chiang Mai ofrece aprendizajes valiosos para regiones con fuerte identidad patrimonial que buscan nuevos modelos de desarrollo cultural y económico basados en la creatividad. La clave no está únicamente en modernizar los sectores culturales, sino en entender el patrimonio como un recurso estratégico que puede dialogar con la tecnología y la innovación industrial.

En ese sentido, el paralelismo con Euskadi es evidente. Aquí, el patrimonio industrial —con su legado material e inmaterial, sus espacios fabriles, su cultura del trabajo y su memoria tecnológica— podría desempeñar un papel similar al que la artesanía ocupa en Chiang Mai. Si se logra conectar ese patrimonio con la creación artística contemporánea, la tecnología digital y la innovación social, podría convertirse en un motor de desarrollo territorial, de turismo cultural y de identidad compartida.

Taller sonar espacios Horno Alto

Taller de arte sonoro en el Horno Alto de Sestao.

Chiang Mai demuestra que la economía creativa no surge de la nada: requiere políticas sostenidas, infraestructuras adecuadas y una visión compartida entre arte, industria y tecnología. Pero, sobre todo, exige una comprensión profunda del territorio y de su gente. Tomar su ejemplo no implica replicarlo, sino adaptar su lógica: reconocer el valor de lo que ya existe, activarlo desde la creatividad y proyectarlo hacia el futuro. En ese camino, el patrimonio industrial de Euskadi podría convertirse, igual que la artesanía tailandesa, en la base de un nuevo modelo de innovación cultural y desarrollo territorial.